No tengo razones aparentes para escribirte este texto, no es año nuevo, ni tu cumpleaños, ni una de esas cosas por las cuales la gente se acuerda de uno. ¿Pero acaso tengo que tenerlas?
Si es que cualquier cosa me recuerda todo lo que hemos pasado juntas, estar sentada en esa silla mirando nuestras fotos. No puedo presumir de conocerte de toda la vida, pero como si lo hiciera.
Si es que en el fondo, piénsalo, puede que nos separemos a veces, que nos distanciemos, pero siempre acabo persiguiéndote para que no te escapes, y creo que ya está comprobado que es muy difícil escapar de mi, tu te lo has buscado.
Y sí estoy aquí sentada recordando todo lo que hemos pasado, todas las noches, las tardes, los vídeos, las llamadas, las risas, los llantos, y todo lo que nos queda. Me apetecía darte las gracias ¿Por qué? Ya lo sabes.
Por todo.
Y que te mereces ser la persona más feliz del mundo y si estuviera en mi mano, siempre lo serías. Pero como está solo me queda apoyarte y sacarte alguna de esas sonrisas tuyas que le alegran el día a cualquiera.
De todos los idiomas se ríe igual, mas fuerte o mas suave, de forma tímida o descaradamente. En España en Londres en Boston se ríe igual. Pero por favor sonreir, es lo que segundo mejor que podeis hacer con vuestros labios. La vida es corta, rompe reglas, perdona rápido, ama de verdad, ríete sin control y nunca dejes de sonreír por más extraño que sea el motivo.
No puedo dejar de quererte !
De pequeña, mi padre me enseñó que en el ajedrez un rey es débil sin su reina.
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